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El compositor musical
y la cultura libre: reflexiones
Luis Ernesto Gómez
(Compositor musical)
(Compositor musical)
El
compositor académico es un ente viviente y activo representa el inicio de la
cadena musical, el que se ha dado con afán vocacional convencido en escribir y
configurar las obras musicales. Un ser de corte creativo que aporta al mundo una
obra en el ejercicio de una actividad estética plena plasmada en el hacer
práctico de la partitura o el código musical, con aspiraciones de aportar
cierta originalidad en su intercambio con el mundo. Más que un ser egomaníaco,
huraño y aislado, es como el árbol que da un fruto a cambio de oxígeno, sol y
agua: el compositor es un ser natural en la acción dar, producir, ocasionar,
hacer. Es sujeto que vive del intercambio. Pero la naturaleza en ciertas zonas
íntegras de fertilidad obra en su sabiduría con pleno conocimiento de otorgar
suficiente oxígeno, sol y agua para que el árbol dé frutos. También hay zonas
desérticas en donde las condiciones para la vida no están dadas, al menos no
con demasiada abundancia. La humanidad no siempre trata al compositor musical
con la sabiduría fértil de la naturaleza: no siempre le da sol, agua y oxígeno.
Si no fuera así, no serían excepciones los testimonios de compositores que viven
directamente su oficio.
El
compositor va en la búsqueda de reconocimiento a su trabajo creativo. Una editorial
puede contactar con él y comprometer sus derechos de autor según un convenio
particular para vender su música. Pero
el compositor debe seguir mostrando su obra de forma continua. La editorial
musical tenderá a cerrar el acceso público a la partitura con motivos de lograr
las ventas, para la cual deberá hacer un trabajo de marketing e interesar la demanda
de la obra por parte de un público potencial. Si la obra tiene una alta
demanda, pues no habrá problema, la editorial recibirá sus ganancias y el
compositor el porcentaje convenido por cada venta. No obstante, dicho trabajo
de marketing puede no ser suficiente y es posible, que una obra particular
quede fría muchos años, sin ningún tipo de venta y tampoco algún tipo de
difusión. Este es el tipo de callejones ciegos en donde podríamos pensar en una
estrategia en la cual parte del marketing de un trabajo creativo podría ser apertura
al acceso a dicho trabajo. Si viéramos el catálogo de un compositor de
trayectoria podríamos observar obras editadas y publicadas por una editorial y
obras no publicadas, éstas últimas por ser reciente data o por ser de hace muchos
años.
Al
compositor no le conviene un esquema de marketing privativo cerrado donde su
obra no se hace conocer, ni tampoco un esquema totalmente abierto donde toda su
obra es mostrada sin ejercer ningún impacto ni conexiones con potenciales
colaboradores sinérgicos (músicos concertistas, orquestas, instituciones musicales,
instituciones de enseñanza, estudiantes).
Resulta
conveniente lograr un punto medio entre la libertad total y la colocación de
algunas restricciones de uso. Por ello, es de provecho incorporar algunos
elementos de la cultura libre al trabajo creativo, permitir promover para algunas
obras la distribución de trabajos creativos usando internet, permitirá brindar
un mayor alcance al conocimiento y difusión de la obra de este compositor. Al
compositor le puede convenir dar a conocer de forma libre algunas partituras o
algunas grabaciones. Se podría especificar las condiciones en la cual el
creador podría ofrecer libreente dicho trabajo creativo al público: libre pero
no tanto, libre pero no permitiendo usos comerciales con su obra, por ejemplo, o
no consintiendo derivaciones del mismo, tal como se especifica en una Licencia
Creative Commons. No comulgo tanto con la condición principal de la Licencia
General Public License (GPL) de Richard Stallman asociada al software libre, en
donde cualquier obra o patch electrónico o modificación del mismo desarrollado
en software libre debe ser también ofrecido libremente de la misma manera: por
ejemplo, si desarrollara un patch en Pure Data, una obra producto de un trabajo
intelectual e intuitivo con visos de originalidad, éste debería compartirse en
forma automática de forma libre. Primeramente, el creador es quien debería tener
la decisión de compartirlo de esa forma o no. En cambio, si desarrollo un patch en PureData, que realiza una funcionalidad específica, no una obra, ello puedo hacerlo en forma
libre sin sentir contrariedades.
La
libertad total a veces es un abismo: Mirar la página en blanco puede ser en
ocasiones poco inspirador. A veces el hacer lúdico requiere reglas de juego,
que encienden el interés en el juego mismo. Así también hay restricciones
potenciadoras de la creatividad. De esta forma, que el público tenga acceso a
todo libremente (el abismo de tener todo, la página blanca de tenerlo todo,
pero nada a la vez), puede degenerar en una falta de interés. En cambio, cuando
hay algo que el público no puede tener libremente, ello puede fomentar la
curiosidad o aquello de que “quiero lo que no tengo”, quizá fomentar en algunos
un afán de coleccionista melómano.
Ahora
bien, estoy hablando de un mercado de música académica o experimental que es
bastante menos numeroso y por ende, y con menos movimiento que el puede llegar
a alcanzar la música popular, el jazz, el rock y otros estilos de mayor
demanda. No por ser menos demandada la música académica experimental debería ser
un regalo al mundo. Pero tampoco conviene encadenar las obras, cerrarlas en un
baúl y lanzarlas al fondo del mar. En fin, es un tema al cual le sobra mucha
tela que cortar y con variopintas ideas para la reflexión.
Confío
que hay que dar oportunidad que el público mismo, decida apoyar, fomentando una
cultura de sostenibilidad desde la libertad ofrecida a ver el trabajo desarrollado:
“querido usuario, esto que viste libremente fue desarrollado con un gran esfuerzo
y recursos personales”, y así, si una persona del público auditor desea colaborar
podríamos indicarle formas de hacerlo.
Quizá
no conviene ofrecer el copyleft para toda su obra, sino con parte de
ella. Conviene guardar una parte en el misterio, aunque ofreciendo a través de
su editorial con sus respectivos copyright. Un compositor académico en
su etapa temprana le conviene exponer libremente su trabajo, conectarse,
posicionarse. En marketing, esto se llama costo de posicionamiento, a lo que se
deja de percibir o incluso se debe invertir por posicionarse en un mercado.
No
obstante, es conveniente observar algunas ventajas de la cultura del copyleft:
proporciona comunidades de trabajo en distintas temáticas, por ejemplo, en el
caso de desarrollo de música electrónica y arte sonoro interactivo en lenguaje
de programación musical, como PureData y Supercollider. Me parece muy destacable
la plataforma patchstorage, la cual permite la interconexión entre creadores
de patches electrónicos en los 2 lenguajes de programación mencionados, pero
también en otros, algunos libre y otros privativos, como VCV Rack, Zoia, Medusa,
Soft-Tube Modular, Max-Msp, entre otros.
El uso
de sonidos concretos de la realidad y sin restricciones pueden servir de base para
proyectos de creación sonora, musical o radiofónica, en plataformas como freesound,
elonsound, freeaudiolibrary, audiomicro, soundsnap, entre otras.
La difusión musical llega
a otros niveles globales al incluir el trabajo creativo (parte de él) en
plataformas como YouTube, Vimeo, SoundCloud, Jamendo, entre otros. A través de
estos medios se conecta con gente que uno jamás habría podido imaginar.
También
se observa en ellas, el uso de mecenazgo voluntario posterior al servicio, por
ejemplo, en plataforma de partitura Free Shet Music PDF Download, en
donde se ofrecen un reservorio de partituras de música académica en PDF el cual
está disponible al mundo. Mientras se da el servicio gratuito de ubicar la
partitura solicitada por el usuario, la plataforma muestra posibilidades para
dar un apoyo voluntario y no restrictivo al servicio. La misma plataforma de
cursos en línea Coursera parece comulgar con la filosofía de la cultura libre
para muchos de los cursos que tiene disponible en sus distintos idiomas y ello
no impide que la misma tenga sus propias estrategias de captación de ganancias.
En mi caso personal como compositor, esta misma estrategia la he usado en etapas
de posicionamiento, en momentos iniciales de mi carrera, pero también en otros
momentos, en donde deseo incluirme en una geografía musical o comunidad específica.
Y en algunos casos, he recibido apoyo de micromecenazgo por el trabajo realizado.
En cualquiera de las plataformas puede activarse acciones de apertura al micromecenazgo:
“esta es mi obra, si desea apoyar con algún soporte, accione este enlace”.
El copyleft
o derecho a distribuir música libremente en internet, que promulgó Samudrala en
su Manifiesto por una música libre, ha transformado el mundo potenciado por el internet tras circular con
fluidez las autopistas del estímulo sonoro. El creador debe establecer estrategias
para aprovechar este boom informativo tanto en la difusión como en la actividad
creativa. ●
Luis Ernesto Gómez es compositor musical (Venezuela, 1977). Magister en Música de la Universidad Simón Bolívar (2011). Licenciado en Computación de la Universidad de Carabobo (1999). Licenciado en Música Mención Composición del Instituto Universitario de Estudios Musicales (2006), ahora Universidad de las Artes (Unearte). Su “Concierto para Orquesta”, de 42 minutos de duración, fue galardonado con el 1er Premio “Antonio Estévez” en el I Concurso Nacional de Composición Musical 2010 de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, estrenada bajo la dirección de Alfredo Rugeles. Su obra sinfónica “Dialéctica de lo Incierto” se hizo merecedora del Premio Municipal de Música 2003 en su mención Obra Sinfónica Breve y su “Cuarteto de Cuerdas no. 2” fue a su vez galardonado en el II Salón de Jóvenes Compositores 2005. Sus obras musicales han sido interpretadas por otras agrupaciones musicales como Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, Filarmónica Nacional, Gran Mariscal de Ayacucho Sinfónica de Lara, Sinfónica de Carabobo, Gran Mariscal de Ayacucho, Cuarteto Friedman, Ensamble Opera Nova (Zurich-Suiza), Ensamble Dal Niente (Chicago, EEUU), Ensamble Three by radio (Cincinatti, EEUU), Ensamble Khemia (Michigan, EEUU), Ensamble Novecento (Génova, Italia), Coro Svea (Estocolmo, Suecia), entre otros. Firmó contrato de publicación de sus obras “Cantos Veloces para clarinete solo”, “Tres Piezas Invictas para piano”, entre otras, con la editora Cayambis Music Press (Blacksburg, EEUU). Desde 2015 es Profesor de la Maestría en Música de la Universidad Simón Bolívar •
Luis Ernesto Gómez es compositor musical (Venezuela, 1977). Magister en Música de la Universidad Simón Bolívar (2011). Licenciado en Computación de la Universidad de Carabobo (1999). Licenciado en Música Mención Composición del Instituto Universitario de Estudios Musicales (2006), ahora Universidad de las Artes (Unearte). Su “Concierto para Orquesta”, de 42 minutos de duración, fue galardonado con el 1er Premio “Antonio Estévez” en el I Concurso Nacional de Composición Musical 2010 de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, estrenada bajo la dirección de Alfredo Rugeles. Su obra sinfónica “Dialéctica de lo Incierto” se hizo merecedora del Premio Municipal de Música 2003 en su mención Obra Sinfónica Breve y su “Cuarteto de Cuerdas no. 2” fue a su vez galardonado en el II Salón de Jóvenes Compositores 2005. Sus obras musicales han sido interpretadas por otras agrupaciones musicales como Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, Filarmónica Nacional, Gran Mariscal de Ayacucho Sinfónica de Lara, Sinfónica de Carabobo, Gran Mariscal de Ayacucho, Cuarteto Friedman, Ensamble Opera Nova (Zurich-Suiza), Ensamble Dal Niente (Chicago, EEUU), Ensamble Three by radio (Cincinatti, EEUU), Ensamble Khemia (Michigan, EEUU), Ensamble Novecento (Génova, Italia), Coro Svea (Estocolmo, Suecia), entre otros. Firmó contrato de publicación de sus obras “Cantos Veloces para clarinete solo”, “Tres Piezas Invictas para piano”, entre otras, con la editora Cayambis Music Press (Blacksburg, EEUU). Desde 2015 es Profesor de la Maestría en Música de la Universidad Simón Bolívar •